lunes, 9 de septiembre de 2013

Cueto de Arbas desde Leitariegos

Subir al Cueto de Arbas para los piscardos (naturales de Caboalles de Abajo) es como una peregrinación al santo más milagrero, uno y otro año repetimos aunque nos sabemos de memoria el camino y las vistas, pero siempre acabamos subiendo allí, la ruta es sencilla pero muy bonita y si aparece alguién que no la conoce en seguida se convierte en la disculpa perfecta para subir de nuevo al primer dosmil de la cordillera empezando por el oeste, ahora más atractivo si cabe debido a la gran cantidad de rebecos que se muestran curiosos a lo largo de la ruta.Así que Mohamed, Alejandro y un servidor subimos al cueto de Arbas una vez más desde Leitariegos por la ruta habitual.

Euforia al inicio de la ruta

Mohamed fotografía todo

A esos se les puede llevar a cualquier sitio

 Cuenta una antigua leyenda que en la laguna de Arbas habitaba un enorme cuélebre,  los cuélebres suelen guardar algún tesoro o también pueden tener retenida a alguna doncella, se alimentan de lo que les dejan los aldeanos y del ganado que les roban, aunque en alguna vez también suelen devorar a personas. El cuélebre hacia estragos entre el ganado de los vecinos y también solía devorar a un persona especialmente en la noche de san Juan. Los vecinos del pueblo estaban hartos de todo esto y un buen día decidieron tomar medidas contra el cuélebre. Tomaron la decisión de que uno de ellos tenia que luchar contra el cuélebre, nadie quiere ir, pero finalmente un mozo aceptó el reto. Camino de la laguna se encontró con una anciana que no conocía, esta le paró y sabiendo que iba a luchar contra el cuélebre le dijo: “toma este rosario y pónselo en la garganta al cuélebre y si tienes fe, te salvarás”. El mozo guardó el rosario, aunque confiaba más en su fuerza que en su fe, al llegar a la laguna, el cuélebre le atacó y cuando ya estaba a punto de ser devorado se acordó del rosario. Casi a punto de desfallecer se lo colocó en el cuello, el cuélebre sintió un dolor inmenso y soltó al mozo, el fuego que sentía en su garganta era tan fuerte que se zambullo en las aguas de la laguna, intentando salir hacia abajo hizo un agujero en el fondo de la laguna, se cree que como los cuélebres van a morir al fondo del mar, llego hasta el mar finalmente para morir en el. De ahí viene la creencia de que la laguna de Arbas es un ojo de mar, desde ese día un remolino cruza la laguna de lado a lado y todavía hoy en día sigue desapareciendo alguna vaca cuando va a beber. (sacada del blog trabajando por un sueño)

Los mastines como siempre presentes en los montes de Laciana

Ascendimos por lo que los esquiadores llaman el tubo fuera pistas para darle un toque distinto a la ruta

Se empieza a meter la niebla y entre ella ya se ve el Cornón



en poco espacio se dan muchas especies de plantas

Alejandro trepando hacia la cresta

Por ratos levanta la niebla y podemos ver nuestro objetivo

Cresterío del Cueto de Arbas

Al fondo de la cresta vemos el pico la Ferradura que da nombre a uno de los remontes de la estación de esquí

Vemos una buena manada de rebecos


La niebla asciende por las laderas y nos deja bonitas imágenes 

El aire hace imposible sacar la bandera en la cumbre




La sensación de estar por encima de las nubes siempre es especial


Braña de Fietina de Caboalles de Arriba

La devesa de Caboalles al completo

La laguna se deja ver entre la niebla


Este rebeco curioso nos observa



Más rebecos, fíjate bien y los verás

Nos despedimos de la Laguna mirando de reojo por si aparece el cuélebre

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